lunes, 15 de marzo de 2010

El concepto de moda

La indumentaria esencialmente corresponde a la necesidad humana de cubrir el cuerpo de las inclemencias del clima, ésta se torna cultural cuando se elaboran prendas y se eligen los vestidos para expresar algo o para darle un uso concreto, lo cual lleva inmerso creencias, estética, posición social e ideas propias de cada tiempo y lugar.

Es importante plantear el término de moda pues éste no es un universal, no se ha dado en todos los lugares y tiempos, sino que se trata de un proceso propio del mundo occidental moderno. Es por ello que me referiré a la historia de la vestimenta cuando trate temas que estén fuera de esas coordenadas espacio-tiempo.

Según la Real Academia de la Lengua española, moda es:

Del fr. Mode. Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos.

De forma contemporánea se ha planteado como un discurso en boga, que se impone por un creador o por un sector de la sociedad, principalmente la élite que se copia por los demás estratos modificándose poco a poco. Además es una tendencia que tiene un lapso de vigencia generalmente corto.

La moda se presenta en el diseño, color, material, los motivos y los precios. El uso de los materiales generalmente corresponde y está condicionado por diversos aspectos sociales, geográficos, políticos y económicos.

Históricamente es difícil ubicar con precisión el origen del concepto de moda ya que el gusto por la selección de los materiales con texturas y diseños variados que dan vida a las distintas prendas que conforman la vestimenta, ha existido desde la antigüedad.

Algunos autores señalan que el nacimiento de la moda se dio a mediados del siglo XIV, con la aparición de una indumentaria nueva, diferenciada en sexos, que se convirtió en la base del vestir moderno; para el hombre se usaron prendas cortas y ajustadas (jubón o chaqueta ajustada al talle y calzones ceñidos a las piernas) y para la mujer ropas largas y envolventes (vestido largo, ajustado al cuerpo).

En realidad ésta se conformó a finales del siglo XVIII y a lo largo del siglo XIX con los monarcas europeos que buscaron distintas formas de ataviarse, con el fin de ocultar sus defectos y de evidenciar sus virtudes y grandeza. Los monarcas, la nobleza y las cortes, marcaban la pauta de la moda, lo que debía usarse y cómo hacerlo, puesto que ésta se utilizó como un sistema de regulación y distinción social. Por medio de la vestimenta se diferenciaban los niveles sociales, cada estrato usaba lo que le correspondía según su calidad, con el paso del tiempo esto se matizó e hizo indistinto pero permaneció la costumbre de copiar la indumentaria de los estratos altos.

En la corte de la Francia del Antiguo Régimen se dictaba la tendencia de la moda, las costumbres y los trajes apropiados. Después de la Revolución Francesa y durante todo el siglo XIX, París permaneció a la vanguardia del vestido como la rectora de lo que debía utilizarse, era la capital de la elegancia y el refinamiento; aunque en variadas ocasiones compitió con Londres.

Se puede considerar al siglo XIX como la centuria de la moda en la que por primera vez se experimentaron todo tipo de cambios en el corte y confección de las diversas prendas, cuyas pautas aún eran impuestas por los que estaban a la cabeza del Estado y no, como más tarde sucedió (en el siglo XX), por el grueso de la población que la utilizaban diariamente de acuerdo a sus necesidades.

La moda entendida como la selección de prendas y accesorios novedosos, se puede ubicar concretamente en la figura de María Antonieta (1755-1793), que se dedicaba a buscar tendencias exóticas y extranjeras en la vestimenta y decoración corporal, con formas y colores caprichosos. Buscó personas que le confeccionaran el vestido perfecto.

En la segunda mitad del siglo XVIII, la palabra de modisto aún no se empleaba y tenían más aprecio oficios como el del arquitecto y el cocinero; el concepto surgió alrededor de 1870 en el idioma francés, con el cual se originó como tal una profesión en la que el sastre, diseñador o modisto, imprimía al vestido su firma o marca de fábrica.

El pionero de esta actividad, y quién le dio forma y fuerza, fue el británico Charles Frederick Worth (1825-1895), conocido como el padre de la alta costura. Fue el primer diseñador que firmó sus vestidos como si fueran una obra de arte, comenzado así con la tradición de las marcas y la creación de colecciones anuales.

Worth añadió otro factor importante, la innovación, pues creó un lugar, una boutique o maison con el eslogan de “Altas Novedades” en París, en la que se encontraban distintos estilos y diseños atractivos cada temporada. Su idea era que los vestidos no debían arreglarse, sino que siempre debían usarse nuevos; entre sus prestigiosas clientas estuvo la emperatriz Eugenia, la reina Victoria y los zares de Rusia.

En efecto, antes de Worth hubo otros sastres que se encargaron de confeccionar los vestidos de las élites, por ejemplo, Leroy que realizó el traje que Napoleón usó para su coronación.

Finalmente estudiosos de la moda consideran que el siglo XX, fue la centuria de los diseñadores, con personas como Coco Chanel en los años treinta, o Christian Dior después de la Segunda Guerra Mundial en EUA, quienes ya no sólo se dedicaron a la confección de prendas sino que elaboraron perfumes y otros accesorios con su firma o marca y crearon grandes imperios.


Lecturas recomendadas:

- Erner, Guillaume, Víctimas de la moda. Cómo se crea, por qué la seguimos, Barcelona, G. Gili, 2005.

- Fashion Desing 1800-1940, Singapur, The Pepin Press, 2000.

- Gilles, Lipovetsky. El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas, 3a, España, Editorial Anagrama, 2009.

Películas sugeridas para apreciar la moda y la vestimenta en la época señalada.

- La Duquesa de Saul Dibb.

- María Antonieta de Sofía Coppola.

0 comentarios: